Profetas de lo bueno.

 

 

 

Dice Jehová; He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: El ha dicho. He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no les envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová. (Jeremías, 23:31-32)

Recibo regularmente cada mes una profecía; es la profecía del mes. Doce profecías cada año, una por cada mes del calendario.

Esto es lo que dicen mas o menos algunas de dichas profecías:

Tiempo de milagros de sanidad: Estoy activando (dice el Señor) en medio de las naciones y especialmente en medio de mi pueblo un tiempo de milagros de sanidad……

Tiempo de olor a nardo puro: Ha llegado el tiempo en que mi Espíritu (Santo) soplará sobre tu vida, como sopló en un principio produciendo vida…….

Tiempo de milagros: Estos días hijo estoy (dice el Señor) desatando una unción especial sobre aquellos que vacíen su odre y lo llenen con mi aceite…

Tiempo de conquistas: Es el tiempo de que conquistes tu nación, yo te he puesto como vencedor, porque yo he vencido y nadie se podrá levantar contra ti…..

Y así mes tras mes, una variada cantidad de buenas cosas, que me agradan a la vez que me intrigan por ser siempre tan buenas.

Me imagino que estas profecías no serán ni única ni especialmente para mí, sino para muchas mas personas, ya que son varios a los que conozco que se les envía la misma profecía.

En ellas, como he indicado mas arriba, cada mes se dice algo nuevo y muy bueno, como que: Vamos a recibir cantidades inmensas de dinero. (El Señor se las va a quitar a los impíos para dárnoslas a nosotros) Vamos a construir grandes Templos para la Gloria de Dios, (El Señor lo demanda). Los gobernantes de las naciones van a llamarnos para pedirnos consejo, (Nos van a necesitar). Naciones en las que hasta ahora había reinado la corrupción y la pobreza, van a reinar la justicia y la prosperidad, (así lo declaran dando el nombre incluso de los países), y en ocasiones dando fechas y plazos para ello.

Y así mes tras mes, y no es que no me gustaría que ocurriera todo lo que se dice en las profecías, sino todo lo contrario, pero desgraciadamente, mes tras mes, sigue sin producirse el cambio que se aseguraba iba a ocurrir. Al menos en mi entorno.

En vez de profecía, parece mas bien el horóscopo del mes. Ese horóscopo que cada mes publican muchos diarios y revistas del corazón.

Buscando detenidamente en la Biblia, no he encontrado nada parecido. La profecía generalmente la daba el Señor, a través de determinadas personas escogidas por Él,  (Jeremías, 1:5; Amós, 7:14-15) cuando su pueblo incumplía sus mandamientos y ordenanzas, intentando evitarles el dolor y el sufrimiento que todo ello conllevaba, al apartarle de su vida, dejarle de lado y servir a los ídolos de las naciones de su entorno, en vez de servirle a Él. (Isaías, 1: 16-18)  O cuando se le preguntaba sobre un asunto en concreto. (1ª Sam. 23:2)

También para a dar a conocer el juicio que iba a caer sobre algunas naciones. (Amós, 1: 3-6) Y por algunas cosas mas que no vamos a detallar al ser conocidas por todos los lectores de la Palabra de Dios.

Este tipo de profetas y de profecías, en verdad no nos acaban de gustar, ya que aunque creamos en Dios, no nos gusta que se meta en nuestros asuntos. Pensamos que somos lo suficientemente maduros para tomar nuestras propias decisiones, por eso esperamos de Él, que tan solo las apruebe, enviándonos profetas que nos profeticen cosas buenas o que nos digan que estamos haciendo lo correcto.

Menciona la Biblia lo acontecido al rey de Israel, Acab y al rey de Judá, Josafat. (1ª Rey. 22:1-37; 2ª Cron. 18: 1-34) Ambos se habían confederado para hacerle la guerra al rey de Siria, pero Josafat quería estar seguro en el triunfo de esta contienda y pidió a Acab, que consultara a Jehová, sobre el resultado de la confrontación.

Acab, convocó a 400 profetas y todos coincidieron y anunciaron una gran victoria que era “lo que querían oír” ambos reyes, aunque Josafat dudando ante tanta unanimidad preguntó: ¿Hay aquí algún profeta de Jehová, por el cual consultemos? Contestándole Acab: -aún hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, Micaías hijo de Himla; mas yo lo aborrezco, porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal-.

Es de notar también, que había 400 profetas para consultar a Jehová, pero solo Micaías era profeta de Jehová, y lo era porque la Palabra que le daba Jehová, esa daba, agradara o no agradara, a quien le escuchara. (1ª Reyes, 22:13-14)

Ahora también hay unanimidad entre muchos de los profetas actuales, según estos todo lo que hay a nuestro alrededor, ya sea espiritual o material, nos lo va a entregar el Señor en nuestras manos, sin ningún esfuerzo (eso parece) por nuestra parte. Poder, autoridad, riqueza, reconocimiento y cosas semejantes van a ser nuestras, eso es lo que dicen

Porque nuestro Padre celestial, es el Rey de reyes y Señor de señores, y todo le pertenece; y al ser nosotros sus hijos tenemos derecho a disfrutar de todas sus posesiones, de sus riquezas y de su poder ¡¡Aleluya!! Vamos a ser importantes, ricos y poderosos.

¿A que todo esto se parece a lo que pensaban o esperaban Acab y Josafat?

Pues bien, esto es lo que proclaman a voz en cuello los profetas de lo bueno.

Todo lo contrario de lo que enseñaba el Señor Jesucristo: Vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme tomando tu cruz.   (Mar. 10:21)

Y de lo que recomienda el apóstol Juan: No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo… (1ª Juan, 2: 15-17)

Y también lo que expone Pablo sobre la profecía: Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. (1ª Cor. 14-3)

Dando este apóstol a entender, según mi opinión, que el profeta debe a través de su palabra profética, incitarnos a desarrollar en cada uno de nosotros, todo el amor, toda la virtud y toda la enseñanza de nuestro Señor Jesucristo, (edificación). También disuadirnos a dejar atrás los malos y viciados hábitos de nuestro viejo hombre, y una vez renacidos, buscar hacer la voluntad de Dios, (exhortación) y a confortarnos con mucha sabiduría y amor, en el Espíritu Santo, a través de la Palabra de Dios, a todos aquellos que han sido afligidos, sin importar el motivo de esta aflicción, (consolación). Llegando incluso a través de la palabra profética a revelar lo oculto del corazón y convencer a los incrédulos, de que la existencia Dios es una realidad. (1ª Cor. 14:24-25)

Tal vez, se debería tener en cuenta, a los profetas me dirijo, que esta profesión es muy arriesgada, y no se debería tomar a la ligera hablar en Nombre de Dios, en primer lugar porque si se hace guiado por la emoción, y no por el Señor, por muy buena que sea nuestra intención, se estará tomando el Nombre de Dios en vano; y esto es muy serio y puede traer consecuencias. (Éxodo, 20:7)

En segundo lugar no olvidar nunca, que en la epístola a los Hebreos se nos asegura que el Padre en estos tiempos nos habla a través de Jesucristo. (Hebreos 1:1-2)   Dándonos a entender, (en mi opinión) que todo lo que salga de la boca de un profeta debe estar en consonancia con la doctrina de Jesucristo, sin añadir ni quitar nada de ella.

Y teniendo siempre en cuenta que la santidad y el buen testimonio, ofrece mas garantía para el profeta, que un diploma obtenido en cualquier escuela de profetas y no es que esté en contra de este tipo de escuelas, sino que me ciño a lo que deja muy claro la Palabra de Dios:

Guardaos de los falsos profetas, que viene a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis……. (Mateo, 7: 15-16)

Que Dios bendiga a todos aquellos profetas, que solo desean ser atalayas para además de alertar; edificar, exhortar y consolar a todo el pueblo de Dios. Amén y amén.

 

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

 

 

2 comentarios sobre “Profetas de lo bueno.

  1. QUE BENDICIÓN PARA MÍ SU ESTUDIO, LO QUE USTED HACE HERMANO ANTONIO NOS EDIFICA, EXHORTA Y CONSUELA A TRAVÉS DE LA SANTA PALABRA DE DIOS. GRACIAS A DIOS POR SU MINISTERIO.

  2. Muy bueno Antonio, considero que es así como lo escribes, muchas gracias por velar permanentemente por nuestro bien
    AMEN Y AMEN!!!

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