¿En que nos Fijamos?

 

 

Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. (1ª Samuel, 16:7)

Tuvo el Señor que reconvenir al profeta Samuel para que no ungiera como rey de Israel en sustitución de Saúl, al hermano mayor de David, al fijarse Samuel, en la estatura y belleza varonil de este joven.

Cosa que a muchos de nosotros, al igual que a Samuel, nos suele suceder. Solemos fijarnos más de lo que deberíamos en la talla y apariencia (en este caso) espiritual, según nos han contado, de algunos que enseñan, predican, e incluso cantan, y muy bien por cierto; sin ni siquiera conocer y menos aún preguntarnos que es lo que tienen en su corazón. (2ª Cort. 5:12)

Desechando a veces, a los que tienen un corazón conforme a Dios, pero sin ningún tipo de pretensión ni apariencia espiritual, deseando solo, al igual que David, agradar a Dios. (Hechos 13:22)

Obviando que la espiritualidad verdadera, según Dios, no es la externa, sino la interna, la que sale del corazón; y que al parecer, solo se desarrolla y se da a conocer, al amar a Dios sobre todas las cosas; a la vez que a nuestros semejantes, (al prójimo) como a uno mismo. (Marcos, 12:28-33)

 

¿Podrías pensar en ello? 

 

 

 

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