Regresaba el Señor Jesús a su tierra, después de haber predicado, enseñado y sanado a muchos en distintos lugares de Israel, y al llegar se encuentra con la desagradable sorpresa que a pesar de admirarse de su sabiduría y de los milagros que había hecho en otros lugares, los suyos, no lo aceptaban. Es decir, le cuestionaban. Y como el cuestionar, da paso a la incredulidad, no pudo el Señor Jesús hacer ningún milagro entre sus paisanos, tal como lo relata Marcos en su evangelio.…
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Muchas gracias Julio, por su comentario. Y la Gloria (...)
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Julio Maldonado en Tierra seca y árida.
Muy buen estudio de esa palabra árida, tremendo como Dios (...)
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Antonio Sellés en Abinadab y Obed-edom.
Ante todo, gracias por su comentario, al que contesto. (...)
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Nelly en Abinadab y Obed-edom.
Obed Edom hasta ese momento no era más q un filisteo con (...)
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Antonio Sellés en Abinadab y Obed-edom.
Rob, muchas gracias, por