
En el primer capítulo del libro de Daniel, encontramos el relato de lo sucedido a cuatro adolescentes judíos, que como botín de guerra se llevaron a la corte de Babilonia, intentado al cambiarles su nombre, asimilarles a su cultura y a sus dioses…
… Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos.