El portarse varonilmente.

 

 

En el último capítulo de la primera de las epístolas que Pablo dirigió a los corintios, les recomienda (a los varones)  entre otras cosas, y a manera de despedida, que se porten varonilmente:

Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. (1 Cort. 16:13)

Entendiendo (les dice) que a  dicha actitud, le debía  preceder convicción y  firmeza en la fe,   además de  trabajar la  voluntad (esforzarse) para llevar a cabo su recomendación;   porque pudiera ser que al sobrevenir de repente alguna   tentación, no se esté  tan firme como se cree.

Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. (1 Cort. 10:12-13)

No se trataba (portarse  varonilmente) de tener un comportamiento rudo o enérgico;  ni de  tener una buena figura o aspecto muy varonil, ya que a continuación  les dice Pablo a los varones corintios, que “todas las  cosas debían ser hechas con amor”.   (1 Cort. 16:14) Por que  el amor, (según las Escrituras) cubrirá todas las faltas (Prov. 10:12)

Más bien de lo que se trababa era  que  como discípulos de Jesucristo, debían  asumir toda la Palabra de Dios para llevarla a cabo;  tratando a los más mayores, como a padres; a los más jóvenes,  como a hermanos; a las damas, como a madres;  a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza. (1 Tim. 5:1-2)

Respetando y amando  los  casados,  a sus esposas; educando a sus hijos con honestidad e integridad,  y proveyendo para las necesidades de su casa. Pero sobre todo  tener al Señor en el lugar que le corresponde: Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre, y ve todos sus pasos. (Job, 34:21)

En pocas palabras, que se tuviera abundancia de amor para con todos;  porque el amor, como todos deberíamos saber,  ni busca lo suyo, (al portarse varonilmente) ni hace nada indebido.

Por lo expuesto, y para terminar esta breve reflexión, transcribimos unos versos que quizá y a nuestro entender, puedan resumir el sentido de lo que debería ser portarse varonilmente:

 Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. (Rom. 13:7-10)  

Así que la pregunta para cada uno de nosotros, para los varones que proclamamos que Jesucristo es nuestro Señor, sería: ¿Me porto  varonilmente?

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

 

 

 

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