Fue un gran acontecimiento por todos conocido, lo que ocurrió un lejano día de Pentecostés en Jerusalén; un grupo formado por unas 120 personas de ambos sexos, recibió el Espíritu Santo, que había prometido les enviaría su Maestro y Señor, Jesús de Nazaret. Desde entonces Jesucristo ha sido dado a conocer por toda la tierra.
Este grupo de personas, discípulos del Señor Jesucristo, vino a llamarse, cuerpo de Cristo, mas conocido como Iglesia de Jesucristo, y su misión ya había quedado establecida anteriormente por el mismo Señor Jesucristo. (S. [versi]40 28:18-20[/versi]
Daba comienzo uno de los períodos más importantes y gloriosos de la historia, al mismo tiempo uno de los más difíciles y peligrosos para este colectivo; tanto que el mismo Señor Jesucristo tuvo que interceder directamente ante el Padre, rogándole que guardara del mal a este grupo y a todos aquellos que aceptaran su testimonio.
(S. [versi]43 17[/versi]
De todos es conocida la trayectoria de la Iglesia desde sus comienzos hasta nuestros días.
De ser una cuña espiritual introducida en el mundo por el Señor, para establecer el Reino de Dios, gran parte de esa cuña, ha sido absorbida por el mundo, llegando a identificarse con él.
Es tal la identificación de parte de la Iglesia con el mundo, que ambos dan la impresión que poseen los mismos valores y buscan las mismas metas.
Podría considerarse incluso normal –aunque no lo es- esta absorción de parte de la Iglesia por el mundo, pero lo que no es nada normal es el no reconocer esa absorción, para poder corregirla. (S. [versi]40 13:24-30[/versi], [versi]40 13:36-43[/versi]
En la Iglesia de Jesucristo no debería ser normal ni aceptado, lo que piensa, dice, y le gustaría que fuera, a una relativa mayoría; sino lo que enseñó el Señor Jesucristo y está establecido en la Palabra de Dios. Incluso, se ha llegado a pensar (en voz alta) que la Palabra de Dios y la Iglesia, deberían amoldarse a los nuevos tiempos, cuando toda ella es inmutable. [versi]60 1:23-25[/versi]
Teniendo en cuenta, además que: La característica principal de la Iglesia debe ser la santidad, y debida a esa falta relativa (o total) de santidad hay una gran confusión; llegando algunos a preguntarse si es la Iglesia la que está en el mundo, (tal como debería ser) o es el mundo el que está en la Iglesia, es decir ¿Quién influye sobre quien?
Ya que, ni la cantidad, ni la prosperidad, ni la riqueza, ni la grandeza, ni la popularidad, ni el prestigio, pueden sustituir la santidad de la Iglesia.[versi]45 6:22-23[/versi] [versi]52 4:7[/versi]. [versi]58 12:12-14[/versi]i>
Así que, debido a esas irregularidades, esta es la pregunta que se hacen (nos hacemos) muchos: ¿Está el mundo (introducido) en la iglesia? Y si está, ¿cómo saberlo?
Y tal vez, para poder responder a esta pregunta brevemente y de una manera muy simple y sencilla, (personalmente así lo creo) podríamos considerar, -aunque hay muchas mas- las siguientes cuestiones:
¿Hay diversidad de opiniones, o tal vez divisiones?
¿Se predica y enseña la Palabra de Dios, sin amañarla ni cuestionarla?
¿Se acata íntegramente la Palabra de Dios, tal y como está reflejada en la Biblia ?
Si la respuesta a la primera cuestión es afirmativa, y, podemos responder con un rotundo no, a las dos siguientes cuestiones, sin duda alguna, el mundo está en la Iglesia de una manera real y permanente.
Siendo las siguientes algunas de las excusas mas utilizadas para justificar, lo injustificable:
Pero ¿porqué? -Podemos preguntarnos sinceramente, respondiendo a la primera cuestión- si siempre ha habido puntos de vista distintos y diferentes opiniones, es decir divisiones.
¿Y como se va a predicar la genuina Palabra de Dios, sí cada vez más estudiosos y expertos en la materia, dan a conocer que son incorrectas e inexactas las distintas traducciones de la Biblia y por lo tanto no fiables?
Además la Biblia dice: La letra mata, mas el espíritu vivifica, (esta frase parece ser, que si está traducida correctamente) por lo tanto, vamos a dejarnos guiar por el espíritu, se dice; pero, ¿qué espíritu? ¿el del mundo o el de Dios?
Por lo demás, ¿no es Dios amor? Por lo tanto si no se cumple con Su Palabra, como Padre amoroso que es, comprenderá lo difícil que ello resulta y no tendrá en cuenta nuestros deslices, perdonándonos las veces que sea necesario.
No nos engañemos, la Iglesia de Dios debe ser una, no deben haber divisiones. Lo manda el Señor.
La Palabra de Dios, debe de ser creída, predicada y enseñada, convencidos que toda ella es inspirada por Dios. Lo ordena el Señor. [versi]41 16:15[/versi],[versi]41 16:20[/versi]. [versi]44 5:42[/versi]; [versi]44 8:5-8[/versi]; [versi]44 17:16-18[/versi]. [versi]55 4:1-4[/versi] [versi]60 4:11[/versi]
La palabra de Dios, debe ser sin excusa, obedecida, y nunca cuestionada. Lo desea el Señor. ([versi]55 3:14-17[/versi] [versi]58 4:12-13[/versi]. [versi]59 1:22[/versi]
Aunque la Iglesia esté en el mundo, no es del mundo, sus valores nunca pueden ser idénticos y su meta siempre es, y será distinta.
No améis al mundo
Ni las cosas que están en el mundo.
Si alguno ama al mundo
el amor del Padre no está en él,
porque nada de lo que hay en el mundo
-los deseos de la carne,
los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida–
proviene del Padre, sino del mundo.
Y el mundo pasa y sus deseos,
Pero el que hace la voluntad de Dios
Permanece para siempre.
(1ª S. Juan 2:15-17)
Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.
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Sus articulos son muy buenos y me encantan.Dejese siempre guiar por el Espiritu Santo, quien nos ayuda a seguir de la mano de nuestro Dios. Dios le bendiga.