La Prosperidad.

 

 

Amado yo deseo que tu seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. (3ª Juan, 1:2)

Una de las cosas que mas desea el ser humano es la de prosperar. Anhelamos prosperar económicamente, culturalmente y socialmente. De tal manera, que a algunos no les importan los medios para alcanzar la tan deseada prosperidad, sobre todo la económica.

Incluso en el mundo llamado cristiano existe una doctrina o un evangelio de la prosperidad. Teología que incide en la prosperidad económica (olvidando la del alma) que deben tener todos y cada uno de los creyentes en Dios y como conseguirla. Sin tener en cuenta la opinión que de las nuevas doctrinas se expone en la Biblia.  (Gal. 1:6-9)

Aunque la prosperidad en MAYÚSCULAS solo viene a través de nuestra relación con Jehová:

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da fruto a su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará. (Salmos, 1:1-3)

De tal manera esto es así que el mismo Señor Jesucristo lo dejó muy claro al exponer que hay que buscar en primer lugar, el Reino de Dios y su justicia, para suplir y prosperar en cada una de nuestras necesidades. (Mateo, 6:25-33)

Aunque para ello y siempre según Jesús hay que nacer de nuevo, es decir tener una nueva visión o un nuevo concepto de las cosas. (Juan, 3:1-7)  Porque el Reino de Dios es un lugar muy especial en el que solo entran los que hacen la voluntad de Dios. (Mateo, 7:21-23)  Lugar al que muy difícilmente, los ricos podrán entrar en él. (Mateo, 19:23) Y los que lo consigan será a través de muchas tribulaciones. (Hechos,  14:22) Y no consiste (el reino) en cosas o bienes materiales. (Rom. 14:17) Ni en palabras huecas y sin sentido, sino en poder. (1ª Cor. 4:20)

Al igual que ir al encuentro de la justicia de Dios; Porque mas que necesaria, es imprescindible, para que su prosperidad (la de Dios) nos alcance. Justicia, que nos hace reconocer nuestras faltas, carencias y limitaciones al no poder cumplir con la ley de Dios. Y que nos conduce irremisiblemente a Jesús, porque sin duda alguna, Jesucristo, es la justicia de Dios.  (Rom. 3:21-26)

La prosperidad que viene del Señor, no es la prosperidad que anhelan los que creen en “su propia doctrina de la prosperidad” que por otra parte solo les hace prosperar a ellos mismos, que son los que la predican y la enseñan; incitando a sus seguidores u oyentes más necesitados económicamente, con porciones de la Palabra de Dios, sacadas de su contexto, como: (Mal. 3:8-10) a pactar, sembrar, invertir, diezmar, ofrendar, etc., sembrando en ellos además de temor, duda y culpabilidad, (le habéis robado a Dios) para después garantizar a todos aquellos que se comprometan con una aportación económica “para Dios” un sinfín de ventajas, entre ellas negocios o salarios fabulosos, en breve plazo de tiempo. Utilizando también textos, como: (Gén. 28:20-22) Despertando en ellos un inusitado interés por el Señor, pero no por lo que Él es, sino por el beneficio económico que les puede reportar dicha relación.

Añadiendo además que cuando más se siembre (dinero, naturalmente) más (dinero, naturalmente) se recogerá, apoyándose en lo que les dijo Pablo a los Corintios para que prepasen una buena ofrenda; (2ª Cor. 9: 6-7) siendo Tito el responsable de recoger dicha ofrenda y no Pablo. Ofrenda que como se detalla en la Escritura no era para Pablo, sino para los necesitados que había entre los santos que vivían en aquel tiempo en Jerusalén.  (Rom. 15:26)

Pero prosperidad, no solo implica (insisto en ello) en tener una economía saneada o dinero en abundancia, sino que nos vaya todo muy bien, (sobre todo espiritualmente) además de éxito en lo que emprendamos, tanto natural como espiritual.   (Prov. 22:1)  Teniendo siempre muy en cuenta que, si el éxito, la prosperidad, viene por lo espiritual, repercute sin ningún tipo de esfuerzo, en lo natural.

Aunque, como hijo de Dios estoy convencido, que la prosperidad que proviene de Dios, se obtiene guardando su Palabra. (1ª Reyes, 2:3)  (2ª Cron. 26:5) Haciendo su voluntad y trabajando honradamente. (Prov. 11:25; 13:4)  Tal y como lo señala el primer salmo de la Biblia.

Y no yendo detrás de promesas, sin fundamento alguno, que nos pueden seriamente perjudicar. (1ª Tim. 6:9-10)

Además creo, que los que nos consideramos espirituales, deberíamos tener mas en cuenta lo que nos dejó escrito el rey Salomón, considerado como uno de los hombres más sabios de la antigüedad:

Dos cosas te he demandado; no me las niegues antes que muera;
Vanidad y palabra mentirosa aparta de mi;
No me des pobreza ni riqueza; Mantenme del pan necesario;
No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová?
O que siendo pobre hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios.

(Prov. 30: 7-9)

 

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

 

 

4 comentarios sobre “La Prosperidad.

  1. Yo he visto y estoy viendo la prosperidad de Dios en mi vida. Nunca me ha faltado de nada y aún he podido compartir con otros de lo que el Señor me ha prosperado. Él siempre es fiel.

  2. Que Dios les bendiga.Es de gran bendicion este mensaje. Ya que soy desplazado y he podido ver manifestada la gloria de Dios en muchos aspectos. Mi familia y yo nos hemos aferrado al texto de Josue 1:9.
    BENDICIONES.

  3. DE ACUERDO PASTOR ANTONIO, LA PROSPERIDAD MUCHAS VECES SE QUIERE PROCURAR PARA EL DERROCHE, COMO EL MUNDO LO HACE. EL HECHO DE QUE DIOS NOS PROVEA LO NECESARIO, NO QUIERE DECIR QUE NO SEAMOS PROSPERADOS.
    NO PODEMOS SER MEDIDOS SOLO EN NUESTRA CAPACIDAD DE ADQUIRIR BIENES MATERIALES.BENDICIONES PARA UD., SU FAMILIA Y SU CONGREGACION.

  4. Bendiciones Pastor, un buen mensaje y muy acertados los versículos. DIOS dice en Mateo 6 verso 33: Mas buscad primeramente el reino de DIOS y su justicia,y todas estas cosas os seran añadidas.
    JEHOVA es el que enriquece y no añade tristeza alguna. Eslo dice su palabra, AMEN.
    Bendiciones desde Guayaquil ECUADOR.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.