Las otras cosas que no hizo Jesús.

Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. (Juan, 21:25)

Tengo relación con un hermano en la fe, que posee una página web en la que expone regularmente diversos temas y estudios concernientes a La Palabra de Dios; estudios todos ellos muy bien elaborados y documentados. Atendiendo a todas las dudas y preguntas que le formulen los lectores de la página en cuestión y admitiendo correcciones y puntos de vista cuestionables y distintos a los en ella transcritos, para su aclaración, discusión sosegada o modificación en caso de ser necesario.

Pues bien, este varón, me reenvió el correo que alguien le había enviado al leer uno de sus estudios, justificando a través de su escrito, el motivo de su pertenencia a una muy conocida a la vez que poderosa confesión cristiana.

Aseverando que muchos de sus dogmas y creencias, son parte de todo aquello que hizo Jesús y que no quedó documentado en parte alguna, como señala san Juan en el último versículo del evangelio a él atribuido. Dando a entender a través de dicho correo, que solo algunos privilegiados pueden llegar a conocer, “lo que no sabemos hizo Jesús” y entre ellos se supone que el máximo líder de la confesión a que pertenece.

Esta es la parte más interesante del correo en cuestión:

”Aquellas religiones de un libro caen en el fundamentalismo porque tienen sólo letra muerta y nadie que les explique lo que significa. De allí sus errores de comprensión e interpretación (literal) Prueba cabal de lo que estoy comentando es aquel pasaje del Evangelio de Juan (no soy «versiculista», recuerdo la idea, no las palabras y ubicación exacta) que dice que «Muchas otras palabras dijo Jesús a sus discípulos que no han sido escritas aquí, y que de serlo, no cabrían en todos los libros… «, o, lo que es lo mismo, «La Biblia dice que la Biblia no dice todo lo que Jesús dice».

Acusando a la vez de ignorantes y fundamentalistas a todos aquellos que nos basamos y nos mantenemos firmes en lo que sí sabemos: Lo que hizo, dijo y le pasó a Jesús, según la Biblia. Pues bien, si el ser fundamentalista significa basarse en la Palabra revelada de Dios, todos aquellos que tienen la Biblia como guía lo son, incluido un servidor. (Salmos, 11:3)

Añade además este señor, que quienes se basan en “el libro” (Biblia) solo tienen letra muerta, al no haber quien interprete o lo explique correctamente. Cuando el problema es todo lo contrario.

Porque al dejar de lado “el libro” y aprender casi exclusivamente de la boca de todos aquellos que conocen “por revelación” todo lo que no dice la Biblia que Jesús hizo, nacen nuevas doctrinas, (algunas ya viejas y conocidas) que lo único que consiguen al establecer nuevos dogmas, (verdades indiscutibles) principios y credos es arrastrar y esclavizar a miles de personas, al no cuestionar a los que los enseñan y establecen. (2º Tim. 4:3-4)

De ahí la confusión reinante en la actualidad, debido a la gran cantidad de doctrinas y enseñanzas que dicen poseer la verdad (de Dios) por la cantidad de revelaciones y visiones de todo tipo, que continuamente reciben.

Doctrinas que muchas de ellas tachan de incompleta o mal traducida la Biblia, pero que no dudan en editar todo tipo de libros, para mejor “compresión” de ella, manipulando voluntades e intentado a través de dichos libros, que los adeptos a dichas doctrinas, crean más en las revelaciones de sus líderes, y en la interpretación muy “sui generis” que hacen de ella, que a la misma Palabra de Dios. (Gálatas, 1:6-8)

Cuando hay cosas según las mismas Escrituras que no necesitan ningún tipo de explicación o interpretación, así que veamos:

Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley. (Deut. 29:29)

Este sería un punto y final para no perder mas tiempo buscando cosas ocultas. Cosas que nos pueden conducir a alejarnos de Dios en vez de acercarnos a Él. Por que… ¿Qué sentido tiene en buscar lo secreto de Dios, si no cumplimos lo revelado por Él?

¡Oh cuanto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.
Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque siempre están conmigo.
Más que todos mis enseñadores he entendido, porque tus testimonios son mi meditación.
Más que los viejos he entendido, porque he guardado tus mandamientos; de todo mal camino contuve mis pies, para guardar tu palabra.
No me aparté de tus juicios, porque tú me enseñaste.
¡Cuan dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.
De tus mandamientos he adquirido inteligencia; por tanto, he aborrecido todo camino de mentira. (Salmos, 119: 97-104)

Creo que con esta porción de los salmos, habría mas que suficiente para entender que meditando y guardando los mandamientos de Dios, se adquiere entendimiento y sabiduría, que es lo primero; después Dios dirá. Pero aún voy a añadir algo más (que todos conocemos) y termino:

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. (2ª Timo. 3:16-17)  

Amén y amén.

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

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