El Dios no Conocido.

 

 

Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría. Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían.
Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección.
Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas?
Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto.
(Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.)
Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.
(Hechos, 17:16-23) 

Si consideramos que doce eran los principales dioses que adoraban los atenienses, más toda la prole que habían engendrado a través de los diversos cruzamientos con otros seres divinos y no tan divinos, podemos imaginarnos, al ver tal cantidad de santuarios dedicados a todos ellos, el celo de Pablo para darles a conocer al Dios verdadero.

Al igual, (es lo que creo) que se enardecería al ver en nuestro entorno, tal cantidad de santuarios y templos que cobijan a tantas y variadas doctrinas “verdaderas” para deleite de un sinfín de seguidores. Porque al igual que los atenienses del tiempo de Pablo, en nuestro tiempo, muchos cristianos verdaderos, en ninguna otra cosa se interesan (nos interesamos) más que en oír alguna nueva o fresca revelación o doctrina.

Se fijó san Pablo en los muchos santuarios de Atenas y que en cada santuario, se adoraba a cada uno de los dioses por ellos conocidos, observando, (Pablo era muy observador) un altar vacío dedicado al dios no conocido, por si aún quedaba alguno que ellos no conocían. Una puerta abierta para el observador apóstol. Puerta que utilizó Pablo para darles a conocer al Dios no conocido. (Col. 4:2-4) 

La realidad es que muchas personas, en muchos lugares, incluso en iglesias, no conocen (no conocemos) al Dios verdadero. Al Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.

El Dios de la Biblia es un perfecto desconocido para muchos, incluso para los que dicen creer en Él, porque lo que de Él conocen, ha sido diluido a través de medias verdades y enseñanzas que en realidad no se corresponden con la verdad del Dios Eterno. (2ª Tim. 4:1-4)

Pero que, los que al igual que Pablo, los que han tenido un encuentro personal con el Señor Jesucristo, entendiendo que en muchos corazones aún hay altares dedicados al DIOS NO CONOCIDO, deben (al igual que Pablo) darlo a conocer, sin importarles que les traten de “palabreros” o de cualquier otra manera.

Porque el DIOS NO CONOCIDO por muchos, el Dios que hizo los cielos y la tierra, el que envió a su unigénito Hijo, para dar salvación a todos los que Él crean, está deseando darse a conocer y, necesita portadores de su poderosa Palabra, hombres y mujeres que no se arredren ante las críticas (al igual que Pablo) de los que creen saberlo todo; de los que se sienten superiores e “intelectuales del evangelio” por todo lo nuevo que dicen que han palpado, visto o vivido.

Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. (Jeremías, 6:16)

La gente, el mundo, necesita conocer al Dios de Gloria. Y necesita conocerlo según se da a conocer a sí mismo, a través de su eficaz, viva y cortante Palabra, “salpimentada” con el poder del Espíritu Santo.

Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.(1ª Tim. 2:3-6)

Así que no nos cansemos de dar a conocer al DIOS NO CONOCIDO para que al dejar de serlo para muchos, los que le han conocido puedan decir lo mismo que le dijeron (en tiempos de Jesús) a la mujer samaritana:

Y creyeron muchos más por la palabra de él, y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo. (Juan, 4:41-42)

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

 

 

3 comentarios sobre “El Dios no Conocido.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.