Entregados a la Idolatría.

 

 

Estando san Pablo esperando a sus compañeros de milicia Silas y Timoteo en Atenas, nos dice La Palabra que no podía contenerse al ver tanta idolatría en dicha ciudad:

Cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron allá, y también alborotaron a las multitudes. Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí.
Y los que se habían encargado de conducir a Pablo le llevaron a Atenas; y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo, de que viniesen a él lo más pronto que pudiesen, salieron. Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría. Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían. Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección. 
(Hechos, 17:13-18)

Pero lo que más me intriga, es sobre que discutiría el apóstol con los judíos y hombres piadosos del lugar. Porque los judíos, al ser el pueblo escogido por Dios, no debían adorar imagen alguna:

Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.  (Deut. 5:6-10)

Puede que tal vez los judíos, hubieran trastocado el mandamiento de la ley, al tener la sinagoga en más alto concepto del que de ella debían tener y la idolatrasen, dándoles, el apóstol un toque de atención por ello; o que les recriminara su pasividad ante los atenienses, sobre el hecho de la adoración a imágenes de hombres y animales, como si de dioses se tratara.

Porque, si idolatría, no sólo consiste en rendirle culto a la imagen de una cosa creada, ya sea personas, animales, objetos o símbolos religiosos, muy bien se podía llegar a la conclusión y de hecho se llega, que se comete idolatría, cuando por encima y en lugar de Dios, se venera y anhela, poder, dinero, fama, estado, e incluso la gloria que sólo al Señor le corresponde.

Así que tal vez, Pablo, muy bien, podría tratar estos temas con los judíos y con los hombres piadosos que en Atenas había. Y no solo “los creyentes” estaban atentos a lo que Pablo decía, sino los intelectuales de la época, que concurrían a los mismos eruditos círculos.

Porque, tanto los unos como los otros, necesitaban conocer el evangelio de Jesucristo y la resurrección de entre los muertos.

Evangelio y resurrección de Jesucristo, que no se deben olvidar para no caer en un tipo de idolatría parecido al amor; porque al amar por encima y sobre “casi” todas las cosas, a todo aquello (ministerios, organizaciones, iglesias, etc.) que se supone están al servicio de Dios, nos puede llevar, sin pretenderlo, (al menos al principio) a rendirle culto al poder, a la fama y al dinero.

Y que una vez inmersos, sin haberlo pretendido inicialmente, en este tipo de vorágine espiritual, debido a los buenos resultados obtenidos en Cristo, se puede llegar a olvidar que es el Señor el que hace todas las cosas; que es Él el que salva, libera, sana y prospera, tanto en lo natural como en lo espiritual.

Pudiéndose comenzar a fijar los ojos en el instrumento utilizado inicialmente por el Señor, para dar a conocer Su Palabra; viendo a través de sus ojos y oyendo a través de sus oídos, hasta llegar a no dudar de ninguna de sus palabras, vinieran o no vinieran del Señor. (Hechos, 17:10-11)

Instrumento que al ver los halagos dispensados hacia su persona, en vez de al Señor, complacido de ello, (se dan bastantes casos) puede llegar a convertirse en objeto de veneración, en un ídolo.

Todo lo contrario a lo deseado por cualquier hombre, que se precie de estar al servicio de Dios, porque ejemplo tenemos:

Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre. (Hechos, 10:25-26)

Así que no solo es idolatría, el adorar o rendirle culto a una imagen, sino a todo aquello, que quiere ocupar y de hecho ocupa, el lugar que sólo a Dios, le corresponde. (Mateo, 22:37-38)

Por lo tanto, Al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén. (Judas 1:25)

Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.

 

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

5 comentarios sobre “Entregados a la Idolatría.

  1. La paz de Dios continúe con uds.
    Llegue nuestro saludos y gratitud p su reflexión bíblica.
    Dios cada dia nos guarde y cuide de no tropezar con la idolatría, que siempre sea El quien se lleve toda la gloria, el poder y la alabanza.
    Cordialmente Pastores GutieRrez.

  2. Gracias siervo por este mensaje tan importante y actual «Entregados a la idolatría», era precisamente sobre lo que iba a hablar hoy a la iglesia y tú me has ampliado el horizonte, muy bueno hermano, sigue escribiendo para el pueblo de Dios, que Él te lo recompensará con creces. Un abrazo.
    Pastor GUMERSINDO

  3. Así sea Querido Antonio. A ver si Di-s pone un tiempo en el que podamos hablar en persona, sobre éste y varios temas más, de los cuales me gustaría saber tu opinión. Shalom aj shely.

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