La Economía de Dios.

 

 

Recientemente y por casualidad, a través de Internet contacté con un hermano de Chile. Y a través de la conversación que mantuvimos gracias a la tecnología online, (él en Chile y yo en España) me contó que estaban preparando un congreso muy especial, en el que esperaban dar a conocer a diferentes personas “mecanismos” en los que profesionales de todo tipo y nivel, pudieran conocer al Señor Jesucristo y ejercer su profesión bajo las directrices de Dios.

Idea que me pareció no ya solo acertada, sino adecuada, porqué puntualizó que en la ciudad donde reside el número de graduados universitarios es muy alto, por lo tanto las profesiones liberales así como las industriales abundan.

Así que una vez terminada la conversación, apagada la webcam y desconectado el computador (ordenador en España) me quedé pensando en la distendida y placentera plática y en el motivo y meta que se habían marcado para el congreso mencionado.

Viniendo a mi mente, y no sé porqué, una frase: LA ECONOMÍA DE DIOS.

Frase que anoté para que no se me olvidara; porque una de las cosas que aprendí en mi juventud, durante el tiempo que trabajé en una imprenta, fue: Vale más un lápiz corto, que una memoria larga.

Así que al día siguiente, sentado de nuevo delante del computador, coloque letra a letra, la frase anotada: ECONOMÍA DE DIOS en el buscador para ver que encontraba, siendo mi sorpresa mayúscula al ver una gran cantidad de enlaces (links) sobre la economía de Dios.

Pero aún fue mayor mi sorpresa al ir abriendo uno tras otro cada enlace y comprobar que para la gran mayoría, la economía de Dios, se reducía a entregar diezmos y ofrendas a ministerios y organizaciones evangélicas, para poder ser bendecidos o recompensados por Dios, que según los que dan a conocer tal economía, es la ley de la siembra y cosecha.

Es decir que los que proclaman esa “doctrina” declaran a viva voz, que para ser bendecidos económicamente, primero se debe diezmar, ofrendar, sembrar o pactar, dinero contante y sonante o propiedades, en sus ministerios; porque esa es la ECONOMÍA DE DIOS.

Una vez repuesto de mi sorpresa, decidí enterarme mejor y en lenguaje laico que es la economía, porque me venían a la mente una serie de porciones bíblicas, que eran todo lo contrario a las utilizadas fuera de contexto, para justificar la captación de ingresos.

Pues bien, después de haber buscado e indagado en varios diccionarios y leído algunos estudios sobre economía, transcribo aquí muy escuetamente lo hallado:

1º El término economía es una expresión que proviene del latín «economía», y este, del griego «oikos» = casa y «nomos» = administración (administración de una casa). Los hogares y la economía tienen mucho en común, debido a que la sociedad al igual que un hogar, debe gestionar adecuadamente sus recursos ya que éstos son escasos.

2º La recta y prudente administración de los recursos escasos de una sociedad, familia o individuo, con la finalidad de satisfacer sus necesidades en lo material.

3º El concepto de economía deriva del griego y significa “administración de una casa o familia”. Como ciencia, es la disciplina que estudia las relaciones de producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios, analizando el comportamiento humano y social en torno de éstas fases del proceso económico.

Y que como podemos comprobar, nada tiene que ver con lo expuesto más arriba, sobre diezmos y ofrendas. Así que vamos a entrar en lo que es La ECONOMÍA DE DIOS, entendiendo que se trata de como quiere el Señor que se administren los recursos y bienes con los que Él ha bendecido y bendice a los hombres, para que el disfrute y reparto de los mismos sea equitativo, para que todas las necesidades materiales sean debidamente satisfechas.

Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre.
Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.
(Deut. 8:7-10)

Aunque para ello, y en primer lugar, las primeras necesidades a satisfacer deben ser las espirituales, según el Señor:

Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto.  Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra. (Lev. 26:3-5)

Una vez dicho esto, encontramos que el Señor establece una serie de obligaciones para que la administración de los recursos y bienes que ha puesto en nuestras manos, alcancen su máximo nivel de producción y eficiencia:

El sistema de trabajo para evitar la sobreexplotación de la tierra. (Lev. 25:1-7)
La regulación del derecho sobre la tierra. (Lev. 25: 23-25)
La regulación de los préstamos, sin usura. (Lev. 25:35-38)
La del trabajo por deuda contraída. (Lev. 25: 39-43)
Además para evitar o superar cualquier tipo de crisis financiera, (acumulación de riquezas) se establece la práctica regular del jubileo. (Lev. 25:8-13)

Entrando también en LA ECONOMÍA DE DIOS el derecho que tienen los trabajadores a percibir su jornal, con regularidad. (Deut. 24:14-15)
A no olvidarse de las necesidades de los más desfavorecidos. (Deut. 24:19-22)
A ser honrados en las transacciones comerciales. (Deut. 25:13-16)

Porque de lo que se trata y esa es la verdadera ECONOMÍA DE DIOS, que una vez que el Señor ha llenado nuestras vidas (si alguno está en Cristo nueva criatura es) debemos vivir para él, ciñéndonos también a lo por él establecido, sin buscar acomodar (utilizar) su Palabra para provecho e interés propio, sino todo lo contrario, que es lo bueno y lo correcto. (1ª Cort. 4:2)

Así que para terminar, podríamos resumir que LA ECONOMÍA DE DIOS, es la honesta, correcta y eficaz administración de todos y cada uno los recursos y bienes que el Único y Soberano Dios ha dejado en manos de los hombres, para que su creación al completo, no carezca de la atención, beneficios y cuidados, para los cuales fueron creados.

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.
Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.   
(Gén. 1:26-30)

Amén y amén.

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

 

 

4 comentarios sobre “La Economía de Dios.

  1. Bastante claro y correcto su Articulo sobre : La economía de Dios.
    Creo que esas son de las respuestas que debenmos tener bien claras en nuestra mente sobre el tema abordado. Es lamentable saber que el principe de este mundo ha sembrado sutilmente en los corazones de muchos ¨escogidos¨ el amor por el dinero llegando a tergiversar totalmente la Palabra de Dios, acomodando la Escritura a su conveniencia, y obviando los puntos antes expuestos por usted.
    Pues como dice la escritura (parafraseando) en el libro de los Hechos de los apostoles: Ninguno decia tener nada suyo propio, sino que aquellos que tenian más lo vendian y se lo daban a los que tenían menos, de forma tal que llegaban a tener: TODAS LA COSAS EN COMUN.
    Lamentablemente hoy en dia muchos caen en el error de Ananias y Safira.
    Dios le bendiga…..Josue

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