Nueva Criatura

Hace muy pocas fechas, una joven a través de whatsapp, me hizo la siguiente pregunta:
¿Tiene algún significado negativo, que el pastor ore por ti, y te haga la señal de la cruz en la frente?

Pregunta a la que también, por whatsapp respondí, basándome en lo que nos dice La Palabra de Dios al respecto.

Así que, una vez respondida la pregunta, estuve un buen rato meditando sobre algunos aspectos, de los cuales, algunos de nosotros, deberíamos considerar, recurriendo como es mi costumbre, además de ser (creo yo) lo correcto, a la Biblia.

Pues bien, esta, la Biblia, con respecto al tema que vamos a tratar, nos dice lo siguiente:

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.   (Efesios, 4:22-24) 

Hablándonos el apóstol Pablo aquí, (es lo que entiendo) de un pasado sin Cristo y un presente con Él. Concretando además, en estos versículos, la necesidad de ir quitándonos de encima todo aquello, que aún guardamos de cuando no conocíamos a Cristo, cosas como, ritos, tradiciones, costumbres, hábitos o algún tipo de superstición, que no hemos llegado del todo a desechar, debido generalmente al ignorar lo que es bueno y agradable delante de Dios.   (Hebreos, 13:20-21)

Porque se supone, que, al ir adquiriendo conocimiento de Nuestro Señor Jesucristo, deberíamos habernos dado cuenta de la necesidad de deshacernos de todo aquello, que la cabeza que es Cristo, nos dice que molesta al cuerpo, es decir, a su cuerpo que es la Iglesia, y por ende a nosotros, que somos parte de ese cuerpo.

Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. (2ª Pedro, 1:3-8)

Pero, que para ello, para darnos cuenta, nuestra mente tiene que ser renovada, ya que sin cambio de mente, no puede haber cambio de actitud. Y esto es así, porque una mente renovada en Cristo, es la que nos va llevar a poder entender todas y cada una de las señales y síntomas de lo que aún queda en nosotros del viejo hombre, cosas como deseos engañosos y dudosas actitudes, que a menudo suelen ser conceptos religiosos equivocados e inadecuados, de los que también, junto a los que no lo son, nos debemos despojar. (Rom. 7:18-25)

Porque un deseo, es todo aquello que nos lleva a apetecer cualquier cosa, que nos gustaría poseer, esté o no a nuestro alcance; y que para conseguirlo, a menudo y a pesar de “estar en Cristo” tomamos decisiones equivocadas que nada tienen que ver con la sana doctrina. De ahí que san Pablo los defina como “deseos engañosos” al creer que a través de ritos y cosas semejantes, se puede ser más efectivo, en todo lo relacionado con la fe que se profesa. Como si se pudiera añadir algo a lo establecido por el Señor.

Y debido a ello, a los deseos engañosos, se nos exige una transformación, un cambio a través de la renovación de nuestra mente. Porque si nuestro entendimiento ha sido renovado en Cristo, muy difícilmente nos podremos dejar llevar por distintas y extrañas doctrinas.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.  (Rom. 12.2)

Así que, todos aquellos que hemos conocido al Señor, los que estamos en el Señor, debemos entender y asumir que somos nuevas criaturas, porque el Señor ha hecho de y en nosotros una nueva creación.

Y cómo nueva creación en Cristo Jesús, lo único que vale según Dios, es esa nueva creación. Al Señor (parece ser) no le importan expresiones externas, ni ritos por muy significativos que estos sean para algunos, y que (según san Pablo) no sirven para nada, sino lo que de nuestro interior renovado en Cristo, sale al exterior para bien, para bendecir, es lo único que vale la pena, como nueva creación de Dios:

Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.  (Gálatas, 6:15)

Además, al formar parte del cuerpo de Cristo, todo aquello que impida (no valen excusas religiosas) que el cuerpo funcione o se desarrolle correcta y convenientemente, según Cristo estableció, debe rechazarse como viejo y caduco hasta hacerlo desaparecer. Porque esa es la voluntad del Señor:

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17 )

Y si todas nuevas, ya que lo viejo pasó ¿De dónde sale todo aquello, que no aparece ni por asomo, en La Palabra de Dios? ¿Tendrá algo que ver con lo de… No todo el que dice, Señor, Señor…?

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

Un comentario sobre “Nueva Criatura

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.