Sacrificio de alabanza.

 

 

 

Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. (Hebreos, 13:15)

En muchos pasajes del antiguo testamento, encontramos a Israel ofreciéndole sacrificios a Dios. Siendo Levítico el tercero de los libros escritos por Moisés, el que mas detalles da de ello. En este libro, incluso se indica la forma para preparar los sacrificios; el motivo y el tipo de sacrificio, así como la calidad de las víctimas a ofrendar.   (Levítico, cap. 1; 3:1-2; 4:1-4; 7:1-2)

Pero.. ¿qué es un sacrificio?

Define, el diccionario ilustrado VOX, de la Lengua Española, el término sacrificio, de la siguiente manera: Muerte de una victima en ofrenda a una deidad, con fines expiatorios o propiciatorios y como manifestación de nuestra veneración, para alcanzar la comunión con ella.

Esta es la versión ajustada al tema que vamos a tocar, dejando de lado todo lo que implica, obligación, sufrimiento, etc, etc, que también entra y cabe en el vocablo, sacrificio.

Sin duda alguna el auténtico y genuino sacrificio, como todos sabemos, fue el realizado por nuestro Señor Jesucristo en la cruz del Calvario. Con este sacrificio fue consumado el plan de Dios para la redención de la humanidad, establecido desde el principio de la fundación del mundo.

Una vez muerto, resucitado y sentado a la derecha de Dios, nuestro Señor y Salvador Jesucristo, ya no tenía sentido ofrecer ningún sacrificio de sangre, para pedirle perdón o serle agradable a Dios.

Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto mas la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a si mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? (Hebreos, 9:13-14)

Así que a partir de ese momento, el Señor espera de nosotros otro tipo de sacrificios.

Encontramos en la carta a los romanos que el apóstol Pablo, ruega que presentemos nuestros cuerpos en sacrificio vivo y santo, porque este es el tipo de sacrificio que le agrada a Dios; además que este debe ser, nuestro culto racional. (Rom. 12: 1)

Porque aunque hayamos muerto para el pecado, no estamos muertos para Dios. Es como si hubiéremos arrancado de nosotros la parte inservible de nuestro ser, que nos impedía acercarnos con total libertad a nuestro creador. Y como nuevas criaturas, limpias de toda impureza, por la sangre derramada de Jesucristo, podemos y debemos conducirnos con total libertad en Cristo.

Y ser útiles, y estar dispuestos para Dios, negándonos a hacer lo que nos agrada, para hacer lo que le agrada al Señor, porque esta actitud, es lo que nos hace ser, ofrenda (sacrificio vivo) que al Señor agrada y acepta.

Pero hay mas, el escritor de Hebreos, nos dice que ofrezcamos, (además de nuestro cuerpo en sacrificio vivo y santo) sacrificio de alabanza, (al Señor) que es fruto de labios que confiesan su nombre.

Fruto este que madura, como todos los frutos, a su tiempo.

Por sus frutos los conoceréis, dejó dicho nuestro Señor.  (Mateo, 7:16) Dando a entender que debemos esperar un tiempo, para conocer convenientemente, los sentimientos y el carácter de las personas. (También los nuestros). Que no se puede ocultar durante mucho tiempo, lo que se guarda en el corazón. A su tiempo todo se descubre y sale a la luz. (Lucas, 6:45)

De ahí, la necesidad de que nuestros labios, alaben al Señor como si de un sacrificio (para nosotros) se tratara, porque la adversidad, los desengaños, el desánimo, la rutina, y cosas semejantes, guardados en nuestro corazón, por los motivos que sean, al tiempo, pueden dar paso a la duda y a la crítica, y de ahí a la queja, que es todo lo contrario a la alabanza, y nos pueden hacer olvidar todo lo que el Señor hizo por nosotros. (Incluso la cruz de Cristo).

Y por esto y muchas cosas mas, debemos recordar que confesando siempre (en cualquier situación) lo que el Señor ha hecho por nosotros, además de dar a conocer su santidad, autoridad y gloria, estaremos continuamente alabando su nombre. Es decir ofreciendo sacrificio de alabanza, cosa que agrada a Dios.

Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza.
Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto.
Los sacrificio de Dios, son el espíritu quebrantado;
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tu, oh Dios.      
(Salmos, 51:15-17)

Te ofreceré sacrificio de alabanza,
He invocaré el nombre de Jehová.
(Salmos, 116:17)

 

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

 

 

Un comentario sobre “Sacrificio de alabanza.

  1. Gracias pastor por sus meditaciones que son de bendicion para mi vida, gracias por exhortarnos a alabar al Señor que muchas veces dejamos de lado por los quehaceres de esta vida. «BENDICE ALMA MIA A JEHOVA Y NO OLVIDES NINGUNO DE SUS BENEFICIOS»

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