¿Vale la Pena?

 

Desde hace unos años para acá, he tenido la oportunidad de realizar muchos viajes en avión, y en todos ellos, y en cualquier compañía aérea que viajase, y sin importar que los vuelos fueran por el interior del país o fuera de él, siempre al ir a despegar, una azafata nos daba a los pasajeros precisas instrucciones sobre el comportamiento que deberíamos tener a bordo en caso de emergencia, así como el manejo o la utilización, de los medios que disponíamos de producirse dicha emergencia.

Incluso aunque tomase en el mismo día hasta tres vuelos distintos, debido a las escalas, el anunciado era el mismo, ya fuera en persona o a través de pantallas; observando que no todos los pasajeros estaban atentos a las instrucciones que se daban; algunos leían, otros hablaban con el ocupante del asiento de al lado; los más seguían las instrucciones con cara de aburrimiento o de “no hace falta que me lo digas, porque yo ya lo sé” y los menos, atentos e interesados para estar prevenidos y saber que hacer llegado el caso.

Y así vuelo tras vuelo, los empleados de las compañías aéreas, hombres y mujeres, cumplen con su labor de dar a conocer e informar lo que se les ha encomendado, a pesar de las caras de aburrimiento y del poco interés de algunos pasajeros. Y que tal vez en alguna ocasión es posible que se hayan preguntado si lo que hacen vale la pena, al obtener tan pobres resultados.

¿Vale la pena? Es mas o menos, la pregunta que el profeta Isaías le dirigió al Señor, después de que día tras día, reconviniera al pueblo de Israel a seguir los pasos que el mismo Dios les había señalado, recordándoles su poder y sus obras e informándoles de su voluntad, pero que debido al poco éxito obtenido por los pocos que le creyeron, llegó a exclamar: Señor ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? (Isaías, 53:1)

Lo mismo que el Señor Jesús les recordó a sus compatriotas, al ver también el poco resultado que estaba obteniendo entre ellos a pesar de las señales y maravillas que le habían visto hacer: ¿Señor, quién ha creído a nuestro anuncio? (Juan, 12:37-38)  Porque muchos eran los que le oían, pero muy pocos los que le creían; la mayoría se hacía el desentendido.

Al igual que el apóstol Pablo también lo recuerda, al ver que no todos obedecían al evangelio: ¿Señor, quién ha creído a nuestro anuncio? (Rom. 10:16) Porque no basta con oír; aunque es cierto que la fe viene por el oír, pero el oír solo no causa la fe, hay que atender a lo que se oye; la prueba de ello es que mucha gente oye una y otra vez, y no creen en lo que oyen.

Y si Isaías, Jesús y Pablo siguieron adelante a pesar de todo, ¿vamos a dejar nosotros de anunciar el evangelio? De ninguna manera, porque el evangelio es entre otras cosas, dar a conocer e informar a las gentes, de lo que sabemos de Dios, para que además de obtener la salvación, podamos utilizar en caso de necesidad o emergencia, los recursos que el Señor ha puesto en nuestras manos. (Lucas, 9:1-6)

Y que a pesar de las caras de aburrimiento de muchos; a pesar de los que no están interesados por la información que les podamos proporcionar; a pesar de los que ya lo saben todo y no hacen nada, debemos cumplir con nuestro cometido, porque aunque solo sea uno, al que le pueda interesar nuestro mensaje y en obediencia a lo oído, arrepentido, busque de corazón al Señor, vale la pena.

Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimientos. (Lucas, 15:7)

Amén y amén.

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

 

4 comentarios sobre “¿Vale la Pena?

  1. Gracias por compartir lo que siente, porque a veces te dan ganas de dejarlo todo al ver el desinterés de la gente por el evangelio, olvidando por nuestra parte, que la comisión del Señor es que prediquemos su Palabra aunque muchos no la crean.

  2. Qué bueno volver, y leer esto, después de comprobar la apatía, el vacio y de ver el desinterés de tantos seres queridos. De escuchar por horas conversaciones vanas y también vacías, de observar vidas sin «vida» que deambulan alrededor, y te sientes mal porque no has podido decir más, pero sí que es verdad, que aunque uno sólo haya atendido o escuchado algo de lo que anhelas compartir, casí !al fín! de nuevo vuelves a pensar que por ese, valió la pena. Amén Antonio, un saludo

  3. Contiene mucha verdad este artículo, hay tanto desinteres por el evangelio, que muchas veces nos desanimamos; pero no nos cansemos de darlo a conocer porque Dios conoce quien va ser salvo, buen comentario, Abrazos pastor.

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