Anhelos

Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón. [versi]50 1:3-7[/versi]

Una de las cosas que anhelamos los que estamos al servicio del Señor, y en concreto los que pastoreamos alguna congregación, es que, tanto “los que hemos llevado a los pies del Señor” como los que de una manera u de otra se congregan con nosotros, se mantengan firmes y sin fisuras hasta el día de Jesucristo, como señala el apóstol Pablo.

Y por ello, la oración, la nuestra, bajo la dirección del Espíritu Santo, debe ser junto a La Palabra de Dios el acicate espiritual para ayudarles a lograrlo, sin olvidar, que detrás de todo, siempre estará el Señor Jesucristo, que murió  en la cruz por ellos y por nosotros. Y que al resucitar, a ellos y a nosotros, nos dio vida juntamente con Él.

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.[versi]49 2:4-7[/versi]

Pero resulta, que se debe nacer de nuevo para ver y entrar en el reino de Dios. [versi]43 3:2-7[/versi] Aunque algunos, podemos dar y de hecho damos la impresión, por nuestro comportamiento, al acunar al viejo hombre,  que no hemos acabado de nacer, cuando el nacimiento espiritual al igual que el natural, es instantáneo, porque no se puede estar continuamente naciendo, o se nace o no se nace.

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. [versi]49 4:22-24[/versi]

Y como este nuevo nacimiento, que como todos sabemos, es un nacimiento espiritual, una vez nacidos de nuevo, también se debe comenzar de nuevo,  y eso cuesta.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. [versi]47 5:17[/versi]

Porque al adentrarnos en La Palabra de Dios, e ir conociendo más de ella, llegamos a la conclusión que conceptos tales como: cultura, doctrinas añejas de hombres, puntos de vista personales y ajenos, filosofías y cosas semejantes, van a tener que ser desechadas y dejadas de lado; a pesar de estar asentadas en nosotros desde nuestra infancia.

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.  Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. [versi]58 4:12-14[/versi]

Pudiéndose darse también el caso, y de hecho se da, que a pesar de haber nacido de nuevo, se está en la condición de neonato. Y en ocasiones de “neonatos perpetuos” al no haber cambiado de mentalidad. Condición que el apóstol de los gentiles desaprueba, al ser síntoma de “enanismo espiritual”.  [versi]46 3:1-3[/versi]

Porque así como el nacimiento es instantáneo, el crecimiento espiritual debe ser gradual y continuo  a lo largo de nuestra vida, si es que nos sustentamos y nutrimos convenientemente a través de Jesucristo:

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. [versi]43 6:53-57[/versi]

Lo cierto es que, ya sea que estemos comenzando a “conocer al Señor” o que le conozcamos desde hace tiempo, entendiendo como “conocer” el tener una íntima relación (en el espíritu) con Él, lo importante, lo que todos anhelamos, es poder llegar a la meta. Y para ello, debemos olvidar y dejar de lado lo que dejamos atrás, y como dice san Pablo, extendernos a lo que tenemos por delante, esperando recibir de manos del Señor lo guardado para nosotros.

Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.  Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. 

No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. [versi]50 3:7-14[/versi]

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

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