Los días de Noé.

 

Al preguntarle los fariseos a Jesús, cuando había de venir el reino de Dios, respondiéndoles, les dice: El reino de Dios, no vendrá con advertencia, (señales visibles) porque el reino de Dios, ya está (y no se habían dado cuenta) entre vosotros.  (Lucas, 17:20-21)

A continuación, dirigiéndose a sus discípulos, les alerta  (a ellos y a nosotros) de las  circunstancias que se darán  en el mundo, para “propiciar” su segunda venida:

Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo, como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; más el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. (Lucas, 17:26-30)

Pero, ¿Quién era este Noé y que relación tenía con Dios?

 El nombre de Noé, significa descanso. Le pusieron ese nombre al pensar sus padres que les aliviaría de su duro trabajo:  Vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo; y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo. (Gén. 5:29)

Era justo y obedecía a Dios; por lo tanto, halló gracia a los ojos de Dios:  Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.  Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé. (Gén. 6:8-9)

Era un hombre de fe, que creyó a Dios: Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.  (Hebreos 11:7)

Además, fue el pregonero de Dios durante todo el tiempo que duró la construcción del arca, anunciando el diluvio para que la gente se arrepintiera, y se acercaran a Dios; 120 años esperó el Señor.   (1Pedro, 3:20 y 2 Pedro, 2:5)

¿Cómo eran los días de Noé o como se vivía en el tiempo de Noé? 

 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; más serán sus días ciento veinte años. Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre. Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.

Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.  Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.  (Gén. 6:1-5, 11-12)

¿A qué se parecen nuestros días, a los días de Noé?

Por lo tanto, si hemos creído a Dios, si hemos entendido su palabra, justificados y salvados gratuitamente, por medio de la fe en el Señor Jesucristo, (Rom. 3:21-26) es el momento, de dar a conocer (pregonar) al igual que Noé, el arrepentimiento y perdón de pecados, que ofrece el Señor Jesucristo; porque “los días de Noé” si aún no han llegado, están a punto de llegar.

Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. (Lucas. 24:45-47)

 Porque, según el Señor Jesucristo, pasarían los años, pero,  lo dicho por Él, no pasaría:  El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. (Lucas, 21: 33)

 

 Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

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