Orar y ofrendar

 

Mencionan Las  Sagradas Escrituras a dos centuriones romanos,  que  por sus  oraciones, ofrendas y limosnas alcanzaron el favor de Dios.  El nombre de uno era Cornelio. El del otro no lo sabemos, lo único que sabemos de él es que era un hombre de fe. Aunque  ambos tenían  dos cosas en común, oraban y ofrendaban:

Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana,  piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. 
Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. 
El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios.
[versi]44 10:1-4[/versi]

Después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en Capernaum. 
Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir.
Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo.
Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga.
 Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi siervo será sano. 
Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. [versi]42 7:1-9[/versi]

Las dos cosas (orar y ofrendar) que tenían en común ambos centuriones romanos, son precisamente   dos de  las cosas, que  actualmente muchos cristianos no tenemos. Porque  orar y ofrendar es  lo que más  nos cuesta.

Para lo primero, para orar, generalmente nos falta tiempo.  No tenemos tiempo para orar, contradiciendo  al sabio rey Salomón que dejo dicho,  que para todo  lo que se quiere,  se tiene tiempo.

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. [versi]21 3:1[/versi]

Para lo segundo, para ofrendar,  desoyendo la recomendación del rey David,  obviamos   ofrendar,  al faltarnos ganas  y sobrarnos  justificaciones.

Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrendas, y venid a sus atrios.[versi]19 96:8[/versi]

Así que,  como de lo que se trata, ya que somos discípulos (maduros)  de Jesucristo,  es estimularnos  a través de La Palabra,  para llevar a cabo todas las cosas que el Señor estableció para nuestro bien y    sobre todo para animarnos a realizar lo que menos nos atrae,  vamos a centrarnos  en esta ocasión en el orar y en el ofrendar.

Y para ello vamos a tomar unos cuantos versos bíblicos que,  tal vez,   nos puedan ayudar   a ver  la necesidad y a la vez  el beneficio,  que conlleva  el   orar y  el ofrendar.

Teniendo en cuenta, en primer lugar,  que la oración, para los discípulos de Jesucristo,  es el  proceso  de comunicación que nos permite hablar con Dios. Siendo  las oraciones que generalmente dirigimos  a Dios,  peticiones, ruegos y  acciones de gracias. Considerando como modelo por excelencia a seguir,  la oración que Jesús enseñó a sus primeros discípulos:

Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. [versi]40 6:9-13[/versi]

Por lo tanto, ya que deseamos que la voluntad del Padre se haga en la tierra, y provistos del Espíritu Santo, vamos a ver cómo opera la oración:

En primer lugar,  como medio adecuado para hacerle frente al maligno. Ya que sin la oración estamos indefensos ante él:

Pero este género no sale sino con oración y ayuno. [versi]40 17:21[/versi]

Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. 
Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.
[versi]44 16:16-18[/versi]

Indispensable para librar a los hijos de Dios de  las adversidades.

Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él. Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel. 
Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.
[versi]44 12:5-7[/versi]

Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. 
Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.
[versi]44 16:25-26[/versi]

Necesaria para pedirle a Dios dones.

Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla. [versi]46 14:13[/versi]

Infalible para quitar la aflicción y  sanar a los enfermos.

¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.  [versi]59 5:13-16[/versi]

Obligatoria para no caer en la tentación.

Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. 
Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.
[versi]42 22:39-40[/versi]

Vital para que el Espíritu Santo se manifieste.

Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios. [versi]44 4:29-31[/versi]

Y finalmente,  porque es un mandato divino.

Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 
orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.
[versi]49 6:17-18[/versi]

Orad sin cesar. [versi]52 5:17[/versi]

Así que, una vez  visto la necesidad  de orar y  los beneficios  que aporta,  vamos a citar algunos versos  que nos hablan de la ofrenda. Teniendo en cuenta que ofrenda es el obsequio, dádiva o don que se ofrece  a alguien, pero principalmente a la divinidad,  en muestra de reconocimiento, gratitud o veneración. Esto es lo que dice el Diccionario de la Lengua Española, y  transcribimos a continuación lo que nos dice la Biblia sobre el ofrendar:

Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. Así, tus graneros se llenarán a reventar y tus bodegas rebosarán de vino nuevo. [versi]20 3:9-10[/versi]

Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir. [versi]42 6:38[/versi]

Entendiendo por lo que acabamos de leer, que al ofrendarle a Dios parte del fruto de nuestro trabajo, trabajo que Él bendice, le estamos honrando y, al honrarle (lo dice su Palabra) nos honrará. [versi]9 2:30[/versi] De ahí la importancia y el beneficio de ofrendar. [versi]19 68:19[/versi]

La primera ofrenda que menciona la Biblia fue la de Abel.

Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón. 
Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.
[versi]1 4:1-5[/versi]

Ofrendar es un mandato de Dios.

Jehová habló a Moisés, diciendo: 
Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda.
Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre, azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia,
aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático,
piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod y para el pectoral.
Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.
[versi]2 25:1-8[/versi]

Mandato  que debe salir de un corazón regenerado, al reconocer que la prosperidad viene de Dios, y por lo tanto a Dios se debe ofrendar. Y no a los predicadores de la falsa doctrina de la prosperidad, de los pactos o las siembras.

Y salió toda la congregación de los hijos de Israel de delante de Moisés. 
Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras.
Vinieron así hombres como mujeres, todos los voluntarios de corazón, y trajeron cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes y toda clase de joyas de oro; y todos presentaban ofrenda de oro a Jehová.
[versi]2 35:20-22[/versi]

Y que no es excusa  la pobreza para eludirlo, ya que el Señor Jesús no detuvo la mano de la viuda pobre, al saber los beneficios que le iban a reportar al ofrendar lo que tenía. Porque Dios siempre devuelve multiplicado lo que se le ofrece.

Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. 
Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante.
Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.
[versi]41 12:41-44[/versi]

Levanta de la miseria al pobre, Y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas. [versi]19 107:41[/versi]

Recomendación de san Pablo en cuanto como ofrendar:

En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas. [versi]46 16:1-2[/versi]

Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. 
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;
como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre.
Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.
Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros. ¡Gracias a Dios por su don inefable
! [versi]47 9:6-15[/versi]

La ofrenda es el testimonio de lo que hay en el corazón.

Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. [versi]58 11:4[/versi]

Por lo tanto la conclusión es,  que tanto el orar como el ofrendar a Dios, es señal inequívoca  de la renovación efectuada por el Espíritu Santo en nosotros. Debido a que, al orar mantenemos una relación  de dependencia fluida y  estable con el Señor y al ofrendar, exponemos   sin palabras,  nuestro compromiso con el Señor y su obra. Al igual que lo expusieron los dos  centuriones mencionados al principio.

Porque… Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? [versi]59 2:14[/versi]

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

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