Tu Palabra es Verdad.

 

 

Tuvimos recientemente la visita de un varón, que desde sus ya lejanos 15 años, sirve al Señor. Este varón que en la actualidad cuenta con 87 años, de manera suave y pausada expuso, basándose en el capítulo 17 del evangelio de san Juan, tres peticiones que nuestro Señor Jesucristo, pidió a su Padre concediera a sus discípulos:

Que los guardase del mal. (Verso, 15)

Que los santificara en su verdad. (Verso, 17)

Que todos fueran uno. (Verso, 21)

Al seguir meditando en la exposición bíblica del hermano Ricardo Hussey, que así se llama el varón que nos visitó, me quedé “enganchado” en la segunda de las peticiones formuladas por Jesucristo:

Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. (San Juan, 17:17)  

Y me quedé enganchado, porque parece ser, que las otras dos peticiones dependen de esta o tienen su punto de partida en ella.

Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros, y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe. Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal. (2ª Tesa. 3:1-3)

Porque si la Palabra de Dios, es viva y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos, como dicen la Escrituras (Hebreos, 4:12)  y penetra hasta lo más profundo del ser humano, se puede entender sin ningún esfuerzo por nuestra parte, que ella es el andamiaje de nuestra fe. Es por lo tanto, la que debe sostener toda doctrina, para que ningún “extraño viento recio”, por muy atrayente y fuerte que sea, nos pueda apartar de la fe «una vez» dada a los santos.

Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.  (Judas, 1:3)

Ya que, si en el principio era la Palabra (el Verbo) y la Palabra (el Verbo) estaba con Dios, y la Palabra (el Verbo) era Dios, (San Juan, 1:1)   al ceñirnos a ella, a La Palabra de Dios, podemos tener la convicción de estar bajo la cobertura de Dios, es decir, santificados por Dios.

Palabra de Dios, que al guardarla y obedecerla, (1ª Juan, 2:7) se convierte en el mejor “ vehículo” que nos puede llevar directamente a la tan deseada santificación, condición o estado ideal, para todos los creyentes que han sido y están, apartados o separados para Dios. Ya que cuando estábamos sin esperanza y si Dios en el mundo, nuestro comportamiento, daba por si mismo testimonio de nuestra posición en el mundo, ahora nuestro comportamiento debe dar testimonio de nuestra posición ante Dios y de nuestra separación del mundo.

Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Rom. 6:22-23)

Y como sabemos que sin santidad nadie verá al Señor, (Hebreos, 12:14)   recomiendo, a los que así lo creen, que tengan en cuenta la siguiente porción de La Palabra de Dios:

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. (Efesios, 4:22-24)

 

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

 

 

 

5 comentarios sobre “Tu Palabra es Verdad.

  1. Buen comentario, me encantaría escuchar a Ricardo Hussey. Hace poco estuve compartiendo en una reunión de líderes sobre ese pasaje.

    Un amigo, Fernando, pastor en Alcudia que me visita todos los años me ha regalado varios libros de él.

    Abrazos y bendiciones desde Cuba

    Rene

  2. Bendiciones, le diré que siempre son de ayuda sus comentarios; precisamente este sábado en el tiempo de descanso, hablábamos de lo importante de la santidad. Entre otras cosas, tenemos un grupo de jóvenes que están dando sus primeros pasos en el Señor, lo que nos esta golpeando es la escasez de biblias, ayúdenos a orar por esto, saludos para toda su familia. Desde Cuba, Ruby.

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