Una de las tantas cosas que me agradan del Señor Jesús, es la manera tan sencilla y breve, que no por ello profundas, explica y enseña principios y verdades bíblicas para que puedan ser entendidas y aceptadas por cualquier persona, sin importar educación, cultura o condición social.
Como sucedió al preguntarle un escriba, cuál era el primer mandamiento de todos; respondiéndole el Señor no solo sobre el primer mandamiento, sino también sobre el segundo, ya que ambos están entrelazados:
Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?…