En esencia, sazonar es el proceso de añadir condimentos a los alimentos, con el propósito de realzar su sabor.
La sal, proporciona a los alimentos uno de los sabores básicos, que es posible percibir debido a que la sal, modifica tanto el sabor, como el aroma de los alimentos.
El apóstol Pablo, recomienda, en la carta que dirige a los colosenses y, por ende, a todos los que seguimos sus pasos, que “andemos sabiamente con los de afuera” es decir con los que queremos alcanzar para el Señor Jesucristo. Pero que para ello es necesario lo siguiente:
Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. (Col. 4:6)
Que, por lo expuesto, tenemos suficientes razones para entender lo que quiso decir el apóstol Pablo al dirigirse a los colosenses.
Ya que, al responder con gracia y gentileza, sin utilizar palabras insípidas y sin contenido, sino las que “sazonadas con sal” nos inspira el Señor Jesucristo, que, al ser medicina para los oyentes, nos pueden ayudar a ganar almas, marcando así la diferencia.
Porque: Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; más la lengua de los sabios es medicina. (Prov. 12:18)
Besados serán los labios del que responde palabras rectas. (Prov. 24:26)
¿Podrías pensar en ello?
Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
La verdad es que somos la sal de la tierra, aunque a veces lo dudemos. Muchas gracias, Abel.
Gracias Pastor-amigo. Es de tener muy en cuenta Colosenses 4.6
Bendiciones para los hermanos(as) de La Vila
Muchas gracias amigo. Si, debemos sazonar siempre nuestras palabras con sal. Un abrazo.