En la segunda de las epístolas que Pablo le dirige a Timoteo le aconseja “que avive el fuego del don de Dios” que recibió al imponerle (Pablo) sus manos. Añadiendo Pablo, que “no les había dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. (2 Tim. 1:6-7) Por lo que […]
